| Transcripción |
Señor: El bachiller Francisco Arias Gonzalez, presbítero, natural de la Ciudad de México en las Indias y capellán de coro en la Santa Iglesia Metropolitana de dicha ciudad dice: Que el suplicante ha servido más de veintidós años y, actualmente, está sirviendo en la dicha Santa Iglesia así de músico en su capilla como de capellán en su coro, con el cuidado, amor y vigilancia que es notorio, ejercitándose siempre en buenas costumbres y obras de virtud. Como reconocido por el Deán y cabildo de ella, le hicieron merced de asignarle cien pesos de renta en cada un año para que a título de ellos se ordenase de sacerdote, como lo hizo, y para más honrar y premiar sus servicios y asistencia le dieron permiso para que entrase en el coro con sobrepelliz, sin más salario que el referido; y, con esta honra, ha asistido dicho tiempo y asiste a todos los ministerios que por el dicho Deán y cabildo se le han encargado, con la puntualidad referida. Y porque el suplicante se halla con obligaciones de padres nobles y hermanas, y tenerlos impedidos, sin más remedio para su sustento que los dichos cien pesos, y estar como está graduado de bachiller en la Facultad de Cánones y Leyes, y concurrir en él las partes, sangre y buenas costumbres que se necesitan para merecer de la mano real de vuestra majestad algún favor –como todo lo referido consta de los papeles que presenta–, a Vuestra Majestad pide y suplica que en atención a lo mucho que ha servido en dicha Santa Iglesia, y al poco emolumento que tiene para sustentar las obligaciones referidas, y en consideración de todo lo demás que ha representado, sea servido de hacerle merced de una canonjía en dicha Santa Iglesia Metropolitana de dicha Ciudad de México para, con el aprovechamiento de ella, asistir al sustento de dichos sus padres y hermanas y, con la autoridad, quedar premiado en que recibirá gran favor de la poderosa mano de Vuestra Majestad […] En la Ciudad de México, a diez días del mes de octubre de mil y seiscientos y sesenta y dos años, ante el señor licenciado don Alvaro Faez Valdes del Consejo de Su Majestad, su alcalde del crimen y juez de provincia en esta corte, se leyó esta petición: El bachiller Fransisco Arias Gonzales, presbítero domiciliario de este arzobispado y capellán de coro en esta Santa Iglesia Metropolitana, en aquella vía y forma que haya lugar de derecho digo que al mío conviene se me reciba información de cómo soy hijo legítimo de Diego Arias Gonsales, escribano real, y de Josepha de la Paz, difunta, y cómo los susodichos, mediante su matrimonio, me hubieron y procrearon por tal; y que asimismo han sido personas honradas y de reputación; y de cómo de veintidós años a esta parte he servido a esta Santa Iglesia con mucho amor y vigilancia, así de músico en su capilla como de capellán en su coro; y de cómo a título del salario de tal músico y por la vigilancia con que había servido me ordené de sacerdote; y que en todo este tiempo me he ajustado a loables costumbres; y asimismo, de cómo soy graduado de bachiller en Cánones por esta Real Universidad, la cual quiero para ocurrir donde me convenga a pedir premio de mi servicio y trabajo. Y, para conseguirlo, a Vuestra Majestad pido y suplico se sirva de mandar se me reciba información bastante de todo lo expresado en este escrito; y que los testigos que se presentaron se examinen al tenor de él diciendo todo lo que saben en las preguntas que le fueren hechas, refiriéndose en lo que fuere necesario a los testimonios que paran en mi poder. Y dadas en la parte que baste, se me entregue original y el presente escribano me dé de ella los traslados que le pidiere, autorizados en pública forma y manera que hagan fe conforme a derecho. Pido justicia y juro in verbo sacerdotis este pedimento; y si otro más formal y jurídico me compete lo he aquí por expreso en lo necesario, etcétera. Doctor Mathias de Santillan. bachiller Francisco Arias Gonsales. [Al margen: Auto] El señor alcalde de corte mandó se le reciba al dicho bachiller Francisco Arias Gonzales la información que ofrece al tenor de esta petición, por ante el presente escribano a quien lo cometió y, dada de ella, se le den los traslados que pidiese, autorizados y en manera que hagan fe y obre la que ha lugar en derecho. Y en ellos interpuso su merced su autoridad y decreto judicial. Y lo firmó don Álvaro Faez Valdes. Ante mí, Francisco de Zarate, escribano de provincia. [Al margen: Testigo. El doctor Matias de Santillan] En la Ciudad de México, a diez días del mes de octubre de mil y seiscientos y sesenta y dos años, el dicho bachiller Francisco Arias Gonzales para la información que le está mandada dar por el auto de arriba, presentó por testigo al maestro y doctor don Mathias de Santillan, presbítero, abogado de esta Real Audiencia y catedrático de prima de Filosofía en la Real Universidad de esta ciudad, del cual recibí juramento. Y lo hizo in verbo sacerdotis, puesta la mano en el pecho, so cargo del cual prometió de decir verdad. Y preguntado por el tenor de esta foja dijo que conoce al dicho bachiller Francisco Arias que le presenta, de más de veinte años a esta parte; y sabe que Diego Arias Gonzales, escribano real, y Josepha de la Paz, difunta, le tuvieron y criaron por hijo legítimo habido durante su matrimonio. Y los susodichos han sido personas honradas en esta república y, de buenos procedimientos. Y sabe así mismo y ha visto que de más de veinte años a esta parte el dicho bachiller Francisco Arias ha servido en la Santa Iglesia Catedral de México en los ministerios de músico y capellán de coro; y que a título del salario que como tal músico tiene se ordenó de sacerdote; y en dichos ministerios ha asistido con puntualidad, cuidado y vigilancia a todas las funciones de que la iglesia ha necesitado. Y en esta razón se refiere este testigo a los testimonios que paran en poder del que lo presenta. Y sabe así mismo este testigo que el dicho bachiller Francisco Arias es graduado en la Facultad de Cánones por esta Real Universidad –por habérselo dado a este testigo–, habiendo precedido para conseguirlo las diligencias que conforme a estatuto se requieren; y en esta razón también se refiere al testimonio del secretario de la Universidad. Y finalmente sabe que dicho bachiller Francisco Arias ha sido siempre clérigo virtuoso, ajustado y de loables costumbres. Y esta es la verdad, so cargo del juramento que tiene fecho. Y dijo ser de edad de treinta y siete años, y las generales no le tocan. Y lo firmó, doctor Mathias de Santillan, ante mí, Francisco de Zarate, escribano de provincia. [Al margen: Testigo. bachiller Andres de Figueroa] En la Ciudad de México, en catorce días del mes de octubre de mil y seiscientos y sesenta y dos años, el dicho bachiller Francisco Arias Gonsales para la dicha información presentó por testigo al bachiller Andres de Figueroa, presbítero, sacristán menor de la Santa Iglesia Catedral de esta ciudad del cual recibí juramento y lo hizo in verbo sacerdotis, puesta la mano en el pecho, so cargo del cual prometió de decir verdad. Y preguntado por el tenor de la dicha petición, dijo que de veinte y dos años a esta parte, poco más o menos, ha que este testigo conoce al dicho bachiller Francisco Arias que le presenta; y del mismo tiempo ha que conoce al dicho Diego Arias Gonzales, escribano real, y a Josepha de la Paz su legítima mujer que fue, que hoy es difunta, en esta ciudad, donde a todos los susodichos ha tratado y comunicado muy familiarmente. Y como tal, ha visto que los dichos Diego Arias y Josepha de la Paz hacían vida maridable, en una casa y compañía y como marido y mujer se trataban. |
