Registro MEX 86000690    
Archivo ACCMM Archivo del Cabildo Catedral Metropolitano de México
Biblioteca Turriana de la Catedral de Mexico
Microfilm Biblioteca Turriana / CONDUMEX
Ramo Actas de Cabildo
Libro 23 Caja
Legajo Expediente
Folios 156 - 159v
Fecha Acta 1693/03/03
Nombre BERNÁRDEZ DE RIVERA, Juan; GAMA, Antonio de la; ESCALANTE Y MENDOZA, Manuel de; SANZ DE IZAGUIRRE, Tiburcio; SESMA, Jorge de; RAMÍREZ DE PRADO, Alonso; ORSUCHI, Francisco de; IDIÁQUEZ, José de; MARTÍNEZ DE MURGÍA, Ándres; CORNEJO DE CONTRERAS, Lope; DIEZ DE CORDOBA MURILLO, Bernabé; HERRERA Jerónimo; AUNZIBAY ANAYA, Antonio de; COSIO, Alejandro; AGUILAR, Francisco de; ROMERO,Francisco; MENÉNDEZ, Alonso; RAMÍREZ DE ARELLANO, José; SOTOMAYOR Y ARELLANO, Francisco de
Síntesis Resolución para otorgar pago por armar y afinar el órgano traido de España por su ensamblador
Transcripción [...]
El señor racionero doctor y maestro don Joan Bernardez de Rivera, habiendo hecho una relación de las secciones, tratados y conferencias que su señoría y el señor racionero doctor don Antonio de la Gama (a quienes estaba cometido, y al señor tesorero doctor don Manuel de Escalante y Mendoza, lo tocante al concierto del precio, forma, postura, asiento y perfección del órgano que ha traído la iglesia de los reinos de España) con don Tiburcio Sanz de Ysaguirre, maestro que lo había acabado en España por muerte de don Jorje de Sesma, y había enviado el señor chantre don Alonso Ramirez de Prado a estos reinos para este efecto debajo de escritura en que se refería que acá se había de concertar su trabajo, por lo que fuera justo en atención a dejar su casa y familia; y que, habiéndole pedido el susodicho hiciese una memoria de todo lo que faltaba por hacer en dicho órgano, sin faltar cosa alguna para su perfección, para armarlo y ponerlo según y como se contiene en el papel remitido por dicho señor chantre, para su modo y forma, el cual le había dado a su señoría, que lo leyó y explicó los instrumentos en él contenidos, y pidió se pusiese un tanto de él a la letra en este cabildo; y se mandó así, que su tenor es el siguiente.
Memoria y capitulación de lo que hay que hacer para poner en toda perfección el órgano que vino de España para esta Santa Iglesia Metropolitana de México, es lo siguiente.
Primeramente, se han de hacer dos fuelles del tamaño de los que vienen de España, con sus pesas de plomo para todos seis.
Item, se han de hacer los conductos principales para conducir el viento de los fuelles a los secretos del órgano grande y la cadereta.
Item, se han de quitar las badanas de los secretos, tablones y tabloncillos para reconecerlos y volverlos a forrar.
Item, se han de hacer todos los tirantes de las reducciones que están asidas a los teclados y los que pasan al secreto.
Item, se han de hacer las sesenta y seis columnas para el movimiento y uso de los registros.
Item, se han de hacer ciento y sesenta y dos hierros para el movimiento de los registros, que con los treinta y seis que vienen de España hacen ciento y noventa y ocho que son necesarios.
Item, se han de hacer sesenta y seis orquillas de madera que van asidas de los registros a las columnas.
Item, se han de hacer todos los tirantes de madera.
Item, se ha de hacer un registro de contras de cuarenta y cinco caños, todos de metal de estaño y plomo, teniendo la primera veinte y seis palmos de largo y canta octava baja, flautado mayor.
Item, se han de hacer dos tablones de cedro del ancho y largo de los que vienen de España, los cuales han de ir en la fachada a donde se ponen las contras.
Item, se han de hacer todos los conductos de plomo para conducir el viento del secreto de los tablones a las contras, que van en la fachada del trascoro.
Item, se han [de] desabollar, limpiar e ilustrar toda la cañutería que viene de España y hacer nueva la que viniere quebrada.
Item, se han de desarmar y limpiar las carrillas y lenguas de latón de los siete registros de lengüetería que vienen hechas.
Item, se han de recorrer y forrar de badana los ruestros que vienen de España.
Item, se ha de hacer el secreto principal del órgano grande, enterizo de cedro viejo capaz, registros y largitorias de cedro de Orizaba.
Asimismo, se ha de hacer el secreto de la cadereta con las mismas calidades que el de dicho órgano.
Item, se han de hacer trecientos cuarenta y cuatro caños de plomo y estaño (metal fino), que han de ir en las dos fachadas que es cañutería muda, y estos caños advierto a su señoría ilustrísima que de no ponerse armada la caja, tiene el inconveniente de que puesto el órgano, y afinado no se puede poner sin ocasionar desafinación a todo el órgano, y ser inexcusable para el adorno de dichas dos fachadas, todo lo referido dejo a la consideración de vuestra señoría ilustrísima, para que de ello disponga y me mande lo que fuere de su servicio y agrado, creyendo que mi mayor gusto es obedecer en todo como debo.
Y habiendo reconocido los gastos que ocasiona todo lo dicho, y que se ha de afinar y poner en perfección toda la cañutería, y entregar dicha obra a la satisfacción de las personas que nombrare este ilustre cabildo con toda perfección e igualdad de tono, hallo respecto a la calamidad en que hoy se hallan los bastimentos de esta ciudad, no poderlo costear menor de ocho mil pesos dejando las ganancias en el logro de servir a este ilustre cabildo. Don Tiburcio Sanz.
Y habiéndose oído, volvió a decir dicho señor racionero Rivera, que habiéndole prometido tres mil pesos y que acabada la obra sería galante el cabildo --le había respondido--, y al señor racionero doctor don Antonio de la Gama, que ni por siete mil pesos podía hacerlo con mil juramentos. Y que en la obra de la caja, que estaba haciendo por cuatro mil pesos por día más de dos mil, y para demostración de ella envió por dos tramos, que vieron sus señorías --presente el infraescrito secretario--, que les motivó a subir a la sala del colegio donde la está obrando con muchos oficiales, que dijo le ganaban cada día unos a peso y otros a diez reales, sin el chocolate de mañana y tarde, y visto lo obrado se reconoció por sus señorías su mucha suficiencia, primor y arte, presentes asimismo don Francisco de Orsuchi y don Joseph de Ydiaquez.
Mandó el señor deán entrar a los susodichos, y habiendo entrado, y leídoseles dicha memoria, les dijo que el cabildo no podía resolver en esta materia sin oírlos, por ser de perfección el hacer y tañer órganos, con que --aunque estos señores han oído dicha memoria-- sólo han percibido sus voces, porque su fábrica formal e inteligencia práctica, y consecuentemente el precio y valor de los ocho mil pesos que dicho don Tiburcio pide, ni la pueden juzgar ni discernir sin oírlos, como personas peritas por cuyos pareceres y juicios se habrá de seguir el cabildo en la resolución, y que así cada uno dijese el suyo, y como lo dijese se escribiese aquí y lo firmase. El dicho don Joseph de Ydiaquez dijo que por lo que toca a su ejercicio de tocar órgano, y como persona que de mandato de su señoría había formado la memoria para que se hiciese en la forma que ha venido, le parece que, cumpliendo el dicho don Tiburcio Sanz todo lo prometido en dicha memoria, y armándolo por la memoria que para ello remitió de España el señor chantre don Alonso Ramirez de Prado, y dejándolo en toda su perfección en tono unísono, suave, sonoro, templado y afinado, podrán dichos señores darle los ocho mil pesos que pide, y que así le parece en Dios y en conciencia, y que en todo se sujeta a los soberanos dictámenes de su señoría, de que pende todo el mejor acierto y lo firmó.
Bachiller don Joseph de Ydiaquez.
El dicho bachiller don Francisco de Orsuchi dijo que ha oído, reconocido y especulado dicha memoria, en la cual --presentes los señores jueces hacedores y el infraescrito secretario-- añadió algunas cosas necesarísimas de hacerse, como son los secretos del órgano grande y cadereta, registros y largitorias de cedro; las pesas de plomo en todos los seis fuelles; todas las columnas o molinetes para el uso de los registros, las orquillas y todos los movimientos que fueren necesarios que han de quedar a su disposición. Que las cuarenta y cinco contras, octava abajo del flautado principal de todo el teclado sean de metal fino. Que todas las mixturas de lengüetería ha de desarmarlas y ponerlas con toda perfección, templado y afinado, ajustado todo con la cadereta y que quede en igual tono a satisfacción de los maestros que nombrare este ilustre cabildo. Y que, haciéndolo así y como lo ofrece en dicha memoria, es de sentir, así por el mucho costo de plomo, estaño y maderas, como en la formación de dichas cuarenta y cinco contras por su mucha longitud y latitud, y su justo trabajo con cuyo fin sólo vino destinado de España a este reino dirigido por dicho señor chantre, que se le podrán dar los ocho mil pesos que pide o lo que su señoría determinare que siempre será lo mejor, y lo firmó. bachiller don Francisco de Orsuchi.
Con lo cual dicho señor deán volvió a preguntarles si tenían que decir otra cosa más de las dichas, porque por sus pareceres había de votar el cabildo la determinación de este negocio. Respondieron que no se les ofrecía más que decir y les mandó salir fuera, y habiendo salido, conferida la materia y oídos dos capítulos de cartas, la una del dicho señor chantre, en que dice que viene dicho don Tiburcio a armar dicho órgano, por cuyo trabajo se le ha de dar acá lo que pareciere justo, que puesto costará mucho dinero y que puede estimarse en cien reales, que es para Dios, y que si quiere que se logre tendrá esta iglesia una alhaja (como también la del reloj), que no la haya en toda la cristiandad, y que si en Madrid se hubiera de hacer todo lo que necesita para su perfección fuera necesaria una flota, su fecha en dicha villa a veinte y cuatro y veinte y cinco de junio de ochenta y nueve.
Otra del capitán don Andres Martinez de Murgia, caballero de la orden de Santiago, vecino de la ciudad y puerto de Cádiz, en que dice viene don Tiburcio Sanz maestro que acabó el órgano a ponerlo, es hombre de bien y único en su arte, suplicó a vuestra señoría, logre las conveniencias en atención a ir con mucho gusto a servirle dejando su casa y familia, dada su fecha en dicho puerto en diez y seis de julio de seiscientos y noventa y dos.
Con lo cual se procedió a votar. Y el señor deán dijo que en conformidad de los pareceres de dichos maestros a que debe estarse como peritos e inteligentes y conformándose con ello, su voto es que cumpliendo con las calidades de dicha memoria, el dicho don Tiburcio Sanz se le den los ocho mil pesos que pide, los seis mil en el tiempo de la obra, y los dos mil habiéndola acabado perfectamente a satisfacción de personas peritas e inteligentes.
El señor arcedeano se conformó con el voto de dicho señor deán.
El señor Cornejo dijo que se le den dichos ocho mil pesos, escalfándole lo que importare el estaño que se trajo de España y otorgando escritura pública con fianzas a estilo de la iglesia, insertándose en ella dicha memoria y obligándose a cumplirla en todas sus calidades, y que quede unísono, sonoro, templado y afinado en tono, a satisfacción de la iglesia. Y faltando a ellas se obliguen sus fiadores y paguen dicha cantidad.
El señor Diez como el señor Cornejo.
El señor Herrera, lo mismo.
El señor Anzibay, lo mismo.
El señor Cosio, lo mismo.
El señor Aguilar, lo mismo.
El señor Romero, lo mismo.
El señor Rivera, que se le den cinco mil conforme fuere pidiendo, y se reserven tres mil para acabada y aprobada la obra con las mismas calidades de su memoria y de dichos maestros, escalfado dicho estaño y dando dichas fianzas, y que se dé por entregado de todo el dicho órgano, y se le entregue para que vaya obrando, y que para dicha escritura se dé testimonio por el infraescrito secretario autorizado en toda forma, para que se inserte en ella y de lo que quedare resuelto por este ilustre cabildo.
El señor Menendez, como el señor Cornejo y el señor Rivera.
El señor Gama, lo mismo.
El señor Arellano, lo mismo.
El señor Sotomayor, lo mismo.
Con lo cual quedó resuelto y determinado por todos los dichos señores que, en conformidad de los pareceres de los dichos maestros don Joseph de Ydiaquez y don Francisco de Orsuchi, organistas de esta dicha Santa Iglesia, como peritos e inteligentes en su arte cada uno, que vean si el dicho don Tiburcio baja algo de dichos ocho mil pesos, y no pudiendo, manden otorgue la escritura y fianzas que son necesarias, y que se le darán dichos ocho mil pesos escalfando el valor de dicho estaño, obligándose a dar dicho órgano perfectamente acabado según dichas calidades, y la cadereta en tono sonoro, unísono, templado y afinado y a satisfacción de dichos señores Deán y Cabildo, mediante las personas que para ello nombraren, y para el tiempo que asentare con dichos señores jueces hacedores. Y que se le libren y entreguen para su costo cuatro o cinco mil pesos, y los tres mil hayan de enterarse luego que acabe dicha obra en dicha forma. Y que para todo ello daban y dieron comisión bastante a sus señorías. Y que, por lo que toca a dicha Santa Iglesia, en dichas pagas otorguen dicha escritura, y para ello mandaron que el presente secretario les dé testimonio a la letra de dicha memoria, y de ésta su capitular determinación autorizada en pública forma y manera que haga fe, y que la que en dicho lugar haya para que se ponga en el registro del escribano original e inserte por principio del traslado de ella, de que se tome razón en la Contaduría de dicha Santa Iglesia para que se despachen los libramientos que se fueren haciendo. Y así quedó resuelto.
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Observaciones
Fecha registro 2016/01/21
Fecha última actualización 2021/11/19
Referencia al Índice temático organeros / órganos / organistas
Referencias bibliogáficas