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[...] Dichas las preces acostumbradas, se leyó la cédula de ante diem y por ante mí, el secretario, pareció el señor bachiller don Francisco Lopez de Negredo, chantre de esta Santa Iglesia, e hizo presentación de una real cédula en que Su Majestad (que Dios guarde) se sirve de presentarle al arcedianato de esta Santa Iglesia que vacó por muerte del señor don Diego de Egurrola. Y, asimismo, presentó dicho señor chantre la colación y canónica institución dicha por el ilustrísimo y reverendísimo señor doctor don Ignacio Diez de la Barrera, obispo de este reino, del Consejo de Su Majestad, con certificación de oficiales reales de esta ciudad de haber afianzado la mesada. Y dicho señor chantre pidió y suplicó a dichos señores se sirviesen de mandarle dar la posesión como por ella se manda. Y, entregada a mí, dicho secretario, la leí. Y, oída y entendida por dichos señores, el señor deán la tomó en sus manos, besó y puso sobre su cabeza y dijo la obedecía y obedeció por sí y en nombre de dicho cabildo, con el respeto y acatamiento debido como a costa y provisión de su rey y señor natural (que Dios guarde muchos años). Y, en su conformidad, votó se admitiese por tal arcediano a dicho señor chantre, bachiller don Francisco Lopez de Negredo, y se le diese la posesión. Y, habiendo votado lo mismo los demás señores capitulares, entró dicho señor chantre y puesto de rodillas hizo la protestación de la fe y juramento que manda el Concilio Mexicano y erección de esta Santa Iglesia, y el de confesar, defender y predicar la Concepción Purísima de nuestra señora la Virgen María, sin pecado original. Y, hecho, le sacaron a dicho señor chantre de dicha sala capitular y, puesta sobrepelliz y bonete, le llevaron al coro y le sentaron en la silla que toca al señor arcediano y le dijeron era en señal de dicha posesión en cuanto al coro. Y en señal de aceptación, repartió unas monedas de plata; y de aquí le volvieron a la dicha sala y le sentaron en la dicha silla y le dijeron era en señal de posesión en cuanto a dicha sala capitular. A todo lo cual respondió dicho señor bachiller don Francisco Lopes de Negredo la recibía y aceptaba quieta y pacíficamente sin contradicción alguna y sin prejuicio de tercero de mejor derecho. Y pidió se le diere testimonio que se mandó dar por dicho señor deán. Y habiendo abrazado a dichos señores capitulares, dicho Francisco Lopez Negredo les dio las gracias y se retornó la enhorabuena por dicho señor deán. Y se dio fin a dicha posesión, siendo testigos a los actos de fuerza de dicha sala el licenciado Agustin de Leyba y el licenciado Joseph de Ybarguen, presbítero, y otros muchos que se hallaron presente. Y lo firmaron dichos señores capitulares. [Rúbricas] |
